En su discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, pronunciado en la tarde de ayer.
Una conferencia sobre “La profesión veterinaria y el control sanitario del pescado en España” centró el interés de la ceremonia de incorporación de Roberto Cubillo de la Puente a la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, en un acto que se celebró en la tarde de ayer en el Paraninfo Gordón Ordás del Edifico El Albéitar.
El nuevo académico fue presentado por Jaime rojo Vázquez, que destacó en su intervención su larga y valiosa trayectoria profesional, así como la calidad e interés de las investigaciones que ha publicado, centradas en su mayor parte en el estudio de la historia de la inspección sanitaria de los alimentos, en particular del pescado.
Roberto Cubillo comentó que su interés por el tema se originó durante el desarrollo de su labor profesional de inspección, “especialmente por el hecho de ser un alimento extremadamente perecedero y provenir, mayoritariamente, de lugares muy lejanos a los de consumo”.
Esta circunstancia, unida a la sorpresa que le produjo conocer una cifras que indicaban que la comunidad de Castilla y León era la segunda de España que más pescado consumía, “pese a contar con muchos ríos pero ninguna costa marina”, le llevó a embarcarse en lo que definió como “dura, compleja y difícil investigación histórica”.
En su intervención, Cubillo realizó un pormenorizado recorrido por el inicio y desarrollo de la inspección sanitaria del pescado desde que en 1793 comenzara en Madrid la andadura de la primera Escuela de Veterinaria de España, hasta llegar a la actual situación, en la que “disponemos de normativas a nivel europeo y nacional que fijan criterios por los que deben guiarse los inspectores a la hora de dictaminar sobre el estado sanitario de los alimentos”.
En el caso del pescado, explicó en su charla, los criterios se sustentan en apreciaciones sensoriales que han sido utilizadas desde tiempo inmemorial, y en las que poco se ha variado. “Lo que sí ha cambiado, -concretó-, es la tecnología, que nos ha permitido reducir todos los riesgos a los que está sometido este alimento”.
Tras reconocer los notables esfuerzos que se han llevado a cabo para encontrar un sistema objetivo, claro y eficaz, Cubillo concluyó sus palabras indicando que aún perviven algunas dudas en la inspección del pescado, en especial el que se presenta en estado fresco, que aún se puede considerar como “difícil y delicada, sobre todo en lo mercados de destino alejados del origen”.